lunes, 24 de marzo de 2014

Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia


“Mujeres paridas por sus hijos, son el coro griego de esta tragedia. Enarbolando las fotos de sus desaparecidos, dan vueltas y vueltas a la pirámide, ante la rosada casa de gobierno, con la misma obstinación con que peregrinan por cuarteles y comisarías y sacristías, secas de tanto llorar, desesperadas de tanto esperar a los que estaban y ya no están, o quizás siguen estando o quién sabe” (Eduardo Galeano)

Otro 24 de marzo nos encuentra, como cada año, recordando la emergencia de la dictadura cívico-militar más siniestra que gobernó nuestro país entre 1976 y 1983. El golpe de estado ejecutado en 1976, removió a un régimen legítimo y constitucional, colocando en lugar de este a una junta militar liderada por los comandantes de las tres Fuerzas Armadas: Jorge R. Videla (Ejército), Emilio E. Massera (Armada) y Orlando R. Agosti (Fuerza Aérea) Ésta llevó a cabo un plan sistemático y organizado de genocidio desde el Estado, vaciado y devenido en terrorista. Esto fue posible gracias a la coordinación en que fue engendrado, a la par de las demás dictaduras militares instaladas en los países latinoamericanos mediante el llamado Plan Cóndor, un intento continental de contención violenta hacia los sectores populares, y de destrucción de los aparatos de regulación económicos de los diferentes países.

En nuestro país la dictadura contó con el apoyo de los principales medios de comunicación privados, e influyentes grupos del poder civil, la protección del gobierno de los Estados Unidos y la pasividad de la comunidad internacional.

El gobierno dictatorial secuestró, torturó y ejecutó clandestinamente a miles de personas, especialmente jóvenes y estableció centros clandestinos de detención. Estas personas secuestradas ilegalmente enterrados en fosas comunes o arrojados al mar desde aviones militares.

Hoy más que nunca la juventud del FREJUPE convoca a seguir defendiendo lo que supimos conseguir, a seguir ganando las calles, animados por nuestros ideales comunes. Continuamos luchando por más memoria, más verdad y más justicia. Porque a los compañeros caídos en batalla se los recuerda tomando la posta de su lucha, decimos una y mil veces: ¡NUNCA MÁS!